por Luis Yván Montecino V.
Hoy más de un millón de personas dijeron te quiero,lo dijo el obrero, al dejar la casa, por costumbre,
y el ejecutivo a su esposa, antes de acostarse con la secretaria,
lo dijo un ebrio llorando, después de golpear a su esposa,
y lo dijo un novio, al oído de sus tres novias.
Hoy más de un millón de personas dijeron te quiero,
y de tanto mal uso quedó tan gastada la palabra
de rodar amarga de boca en boca, en el asfalto,las mentiras, la cama,
quedó tan llena de mugre, de falsas promesas,
de esperma envasado en desgana,quedó tan prostituída, tan violada,
que he de confesar:
Me da miedo usarla.
Por eso no estaba tan seguro de quererte decir que te quiero
para tratar de escalar menos o más en tu recuerdo,
porque no quiero ser de esos que convierte un beso en un acto reflejo,
de los que se mienten a sí mismos, como las luces en los espejos.
Pero esa palabra, la que se vendía, la que nadie cuidaba,
la que quedó tan jodida, tan dañada,
la que se volvió en algunas bocas moneda para comprarse compañía,
un cuerpo sobre la cama,
esa misma palabra hoy me ha convencido de pronunciarla.
Porque al oírla en boca de un anciano a su esposa cansada,
a un niño a su compañera de banca,
y a unos ojos,que de tanto querer ya no miraban,
me sentí seguro de que algunos entienden lo que significa la palabra.
Hoy más de un millónde personas,dijeron te quiero,
¡Qué diablos! Soy uno de ellos
